Carlos Alberto Roldan Ledesma
CARLOS ALBERTO ROLDÁN LEDESMA
(Buenos Aires, Argentina - )

 

Carlos Alberto Roldán es profesor en un instituto de formación de profesores, ex periodista y escritor, nació en el conurbano de la Ciudad de Buenos Aires y lleva publicados varios libros en colaboración, pero solamente, hasta hoy, uno como autor solista: Poesíada.
Tiene un libro frustrado: Poesía para un mundo desbaratado, al que, luego de diseñarlo, una editorial portuguesa no llegó a imprimir. Otro en imprenta: Tráfago Reino, cuya aparición será en marzo del presente año. Y dos más en preparación: Ningunéada (el tema social gana su poesía en este caso) y La casa de un muy largo pasillo (de cuentos de terror). Es uno de los primeros escritores argentinos cuya obra tuvo difusión exclusivamente a través de Internet, y creador él mismo de espacios de difusión como Utopoesía. Por otra parte, en su concebir como necesidad de los escritores el no pago de peaje a las editoriales para ser difundidos, creó también la serie de lecturas ante público en clubes y bares que llamó Vientos Contrarios.
Actualmente vive en Dock Sud, Avellaneda.


algo te lo dije cuando te llegué a enternecer
soy de la tribu de los radicalmente solos
que no se entienden ni mudos ni aún a solas
que ni hacen sombra para no tener cercanías

el tiempo siempre fue de guijarros sabés
de guijarros o ceniza o de nudo en garganta
y el camino un desafío que no valía la pena
como también quedarse

y es que pasa que este simulador
se dejó ver por una rajadura de su costra
uno de sus quejidos ahogados fue detectado
un requiebre de su entraña su autoreplegarse por no crecer
o trascender o auspiciarse objeto
y lo creíste palabras invitación o vaya
a saber lo que mujeres como vos también detecten

soy el suicida cuyos huesos
aún en el osario sobran

el nihilista sin creencias

el acróbata que la intenta
sin la cuerda

el que hubiera aprendido a hablar
para poder nombrarte


afuera se sentía golpear la puerta con furia
y le dije de aquella playa del sur
donde el sol nacía y moría en el mar

ella buscó en vano otros cigarros o un caramelo
y volvió a abrochar el botón inferior de su blusa

otra vez los golpes y algunas voces de gente con premura
entonces me miró y confió algunos sentimientos confusos
que tuvo aquella tarde en que vino a quedarse

mi heladera vacía y fuimos al súper, y comimos, y vimos un filme
y volvimos y seguimos haciéndonos furiosamente el amor

y entonces le pregunté cuándo se iría

me preguntó si haría frío por las noches, que nunca
había ido a playas tan lejanas

tal vez no me animé anticipé por las aguas vivas sabés
y también por los escorpiones negros
el sol parece hundirse y la noche es tan fría que no bastan
todos los leños o las historias y vivís despierto y temblando

me quedo sabés dijo
me quedo

y en el pecho era algo raro tan aprisa
tan llenar los huecos y allanar la vida
tan hacerle espacio donde aún ni uno mismo
se lo había hecho

y dale dale con los golpes afuera

un momento
acaso sin quererlo ninguno
nos quedamos mirándonos
en silencio

hubiera escrito
vamos a llevarnos las historias encima
como una manta leve

una perdible olvidable
manta que abrigue



cuando me toque reír
-si me tocara-
dejá que todo músculo mío se sume
en lo estentóreo y entre como un ebrio caballo
en el reino de toda forma y gravedad

que ría como un brío como el desmadre recio
de arroyo de montaña
como luz que irrumpe ya roto el muro
que proponía encierro y mudez y permanencia

aunque parezca un animal finalmente desatado
uno de esos locos felices que debiera haber
pero que nunca ha habido
un dios pletórico
el más ufano inmortal
el dueño
de la certeza de amor indestructible

si es que me tocara la risa un día de estos
ojalá que esté con muchos y en la calle
que pueda contagiarla y proponerla
y que otros la hubieran
y proclamen

la vida es una me dirán
alguno señalará que es necesario
asentar en el rito cotidiano
y laborar tal un cualquiera que labora

yo votaré por mi risa enloquecida
por meterla allí en el negro corazón del mundo
y dejar que se exude lentamente

es mi derecho esta risa
mi territorio liberado mi estar vivo
es derecho de todos
necesario
como son necesarios el amor y el no olvido

tras milenios de contención
tras haber aprendido todo
de todo lo que quisieron que supiera
abro la puerta a su caudal y dejo
que fluya hacia mi gente y la estremezca.


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¡UNA OBRA DE COLECCIÓN!
 

Título: Metapoesía
Autor: J. Lallemant
ISBN: 978-1725512801
Páginas: 82
Disponible en: Amazon
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