Antología de Poesía Universal
              UN PEQUEÑO ESPACIO DEDICADO A LOS GRANDES              .

Antología Poética Universal

WALT WITMAN
(Estados Unidos)

Canto a mí mismo
1. Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.

GIBRAN KHALIL GIBRAN

El amor
Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.
 
Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.
 
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
 
Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros
corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.

GUSTAVO ADOLFO BECQUER
(España)

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!.Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán. Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!

FEDERICO GARCÍA LORCA
(España)

Gacela de la terrible presencia
Yo quiero que el agua se quede sin cauce,
yo quiero que el viento se quede sin valles.

Quiero que la noche se quede sin ojos
y mi corazón sin flor del oro;

que los bueyes hablen con las grandes hojas
y que la lombriz se muera de sombra;

que brillen los dientes de la calavera
y los amarillos inunden la seda.

Puedo ver el duelo de la noche herida
luchando enroscada con el mediodía.

Resiste un ocaso de verde veneno
y los arcos rotos donde sufre el tiempo.

Pero no ilumines tu limpio desnudo
como un negro cactus abierto en los juncos.

Déjame en un ansia de oscuros planetas,
pero no me enseñes tu cintura fresca.

OCTAVIO PAZ
(México)

Testimonios
Las ruinas de la luz y de las formas
glorifican, Amor, tu densa sombra,
la sombra en que se agolpan mis latidos,
árbol vivo, en relámpagos crecido,
ante el rumor confuso de los suyos.

Un dios Amor, frenético y oscuro,
mueve al silencio tenebroso en cantos,
a mi lengua deshecha en alarido,
al universo lento en una llama,

que en su seno de fuego oculta a otra,
insaciable, secreta y temerosa.
Por esa llama gimen ruiseñores,
atraviesan la noche, niños formas,
[...]
hasta envolver en su terrible aliento
al inmóvil lucero de mi carne;

por esa tibia llama rueda sangre
Estalla una tormenta en mis oídos,
enmudece mi lengua calcinada.
(Corremos por un puente de latidos )
Instante de la inspiración
        /climax amoroso
hasta tocar la muerte y el vacio.

por esa negra llama de mis palabras
Las rencorosas flores de su llanto
[...]
por esa oculta llama apago el mundo,
arraso lo que vive sin amarla,
reconozco su forma entre las sombras,
y me hundo en su sangre para siempre.

PABLO NERUDA
(Chile)

El viento en la isla
El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.
    
Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
    
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
    
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.
    
Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.
    
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.

El tigre
Soy el tigre.
Te acecho entre las hojas
anchas como lingotes
de mineral mojado.
    
El río blanco crece
bajo la niebla. Llegas.
    
Desnuda te sumerges.
Espero.
    
Entonces en un salto
de fuego, sangre, dientes,
de un zarpazo derribo
tu pecho, tus caderas.
    
Bebo tu sangre, rompo
tus miembros uno a uno.
    
Y me quedo velando
por años en la selva
tus huesos, tu ceniza,
inmóvil,
lejos del odio y de la cólera,
desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas,
inmóvil en la lluvia,
centinela implacable
de mi amor asesino.

JAIME SABINES
(México)

Me dueles
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.
Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad de rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir

No podrás morir
No podrás morir.
Debajo de la tierra
no podrás morir.
Sin agua y sin aire
no podrás morir.
Sin azúcar, sin leche,
sin frijoles, sin carne,
sin harina, sin higos,
no podrás morir.

Sin mujer y sin hijos
no podrás morir.
Debajo de la vida
no podrás morir.
En tu tanque de tierra
no podrás morir.
En tu caja de muerto
no podrás morir.

En tus venas sin sangre
no podrás morir.

En tu pecho vacío
no podrás morir.
En tu boca sin fuego
no podrás morir.
En tus ojos sin nadie
no podrás morir.
En tu carne sin llanto
no podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
[...]




¡UNA OBRA DE COLECCIÓN!
 

Título: Metapoesía
Autor: J. Lallemant
ISBN: 978-1725512801
Páginas: 82
Disponible en: Amazon
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