La aurora se deshace
La aurora se deshace como paloma herida

Como el fuego que extingue sus llamas en el mar

Los brotes se han secado, crepúsculos del aire,

La risa se ha cortado en mueca invernal


La hoguera se ha apagado en triste decaída,

Los ojos se han cerrado en lento deambular.

Ha llegado la muerte penosa bienvenida

Los cántaros, las fuentes, derraman su caudal


La ausencia ha rescatado el muro de los vientos,

Donde solo se asoma la amarga soledad

Pero el fuego revive, en los dos, a un mismo tiempo,

Aunque lo disimulemos tratando de olvidar.


La ausencia nos ahoga como gorrión al viento

Se clava en las entrañas en brujo oscilar,

Me invaden tus palabras, te baño con mis besos,

Y en un embrujo loco volvemos a bailar.


La ausencia nos corroe como arroyo en la tierra

Buscando el surco justo para unirse al mar.

Y la hoguera se inflama con tan solo mirarnos,

Con tan solo escucharnos, volvemos a danzar.


En éste vaivén loco de ires y venires,

De estar en el abismo ansiando soledad,

La rosa florecida, la rosa que es cimiento,

Impregna con su aroma el lecho conyugal.


Y el amor nos envuelve, brotando los cerezos,

Se abre la crisálida, volvemos a volar.