LEONEL (Visitante)
| | NOSTALGIAS
Me perdí, sin darme cuenta, en lo dulce de sus labios que, temblando, se aferraron a los míos, ella se estremeció cual paloma, se refugió entre mis brazos, viajamos, en ese instante, hacia el lejano infinito.
Yo le susurré un, te amo, ella exhaló un suspiro,
cabalgamos sobre un cometa, sobre su cauda chispeante, recorrimos las estrellas, nos perdimos en los mares, escribimos un poema con cada caricia nueva, con cada beso furtivo, con las nubes desgarradas que viajaban por el cielo.
La locura que embargó a mi ser se convirtió en un desbordado río de emociones encontradas que me llevaron a vivir noches intensas de algarabía y ensoñación, noches eternas mirando las estrellas y hablando con la luna llena.
Fueron momentos supremos, sorbiendo tragos de vino y envuelto en el fragante aroma de incontables cigarrillos, fueron mil noches de ronda y de bohemia anhelante. Me acompañaba Gardel, canté con Chavela Vargas, con José Alfredo Jiménez, con un tal, Vicente Fernández, con Serrat y con Perales, con Cabral y con Cortés, con Atahualpa Yupanqui, con tantos y tantos locos y, al llegar la madrugada, me embelesaba mirando la sangre sobre las montañas, bajo el suave frío del alba.
También fueron días sonrientes, llenos del canto agorero del gorrión y la calandria, del cenzontle y el hornero.
Pero pasados los meses, también sucedió en noviembre, mis días se oscurecieron, las noches se volvieron frías y, de a poco, fui muriendo.
El tiempo fue transcurriendo y pasaron doce lunas, doce meses, tanto tiempo sin sus brazos, cuatro estaciones se fueron, se escaparon silenciosas dejando atrás su recuerdo, tanto dolor inclemente, tantas ansias de perderme en los brazos de la muerte.
Mis versos se desvanecieron sobre aquel viejo cuaderno, el tintero quedó vacío, la pluma se quedó en silencio, solo quedaron suspiros que hablaban de la desventura, del desamor que me ahogaba, del dolor, de la locura, de la ausencia de sus besos, de sus manos, de su espalda, de aquellas dulces palabras que susurraba en mi oído, cuando compartía mi almohada.
Leonel Martínez Licona
(Comparsa Negra)
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