GUSTAVO VIÑAS
(Ingeniero Juárez, Argentina - 1953 - )
Mi nombre artìstico es Gustavo Viñas (mi apellido real es Martìnez); nacì el 25 de febrero de 1953, en Ingeniero Juàrez provincia de Formosa (Argentina); aunque de muy pequeño vinimos con mi familia a radicarnos en Resistencia, provincia del Chaco, donde sigo residiendo en la actualidad. Desde muy joven me iniciè en el arte de la mùsica tocando guitarra y cantando con los amigos del barrio, aunque mi debut profesional ocurriò recièn a pricipios de la dècada de los 80. Tambièn fui incursionando poco a poco en la poesìa clàsica española pues -a mi parecer- es la que mejor se adapta para canciones, y a partir de los 90 me dediquè a escribir y componer mis propias canciones. Tengo editado (de forma casera) un libro de poemas que titulè JUGLARILLAS (2007), tengo otro por editar que se llamarà LAS AGUAS, EL FUEGO, tambièn un disco compacto con diez canciones de mi autorìa llamado HUELLAS, y otro a punto de salir a la calle con el nombre NUBES QUE PASAN.
LA CAZA
Agazapado detràs de un beso
espera el amor dar su salto felino.
Se pregunta mientras observa,
si la presa (que es una,
pero que siempre son dos)
no serà, en realidad, su cazador.
Y cuando las bocas se separan,
y el sol del ocaso
parece hundirse en el mar,
pensando que èse es su momento,
mide distancia y se arroja.
Los jòvenes -su presa-
lo reciben y lo guardan
en lo màs profundo de sus almas
(que cada vez parecen màs una sola).
Luego los labios vuelven a unirse
como para sellar definitivamente
el encuentro.
Y el amor aùn no sabe
si fue cazador... o presa.
Gustavo Viñas
PROMETEO
Todas las noches me visita el ave,
viene implacable a devorar mi cuerpo;
una y mil veces, por robar el fuego;
una y mil veces viene a devorarme.
Me daban pena los hombres sin lumbre,
que del Olimpo, con suma cautela,
tomè una antorcha, me fuguè con ella,
regresè a la Tierra... ¡y fue mi derrumbe!
Apenas dì a los hombres la tea
ordenò Jùpiter que me apresaran;
que me encadenaran luego a estas piedras,
y enviaran de noche a hacer su faena
-con torvo pico y afiladas garras-
al buitre maldito que me lacera.
Gustavo Viñas
RECONCILIACIÓN
A esta hora de la madrugada
y como principio de todo mal,
la codicia, el odio,
las ambiciones desmedidas,
y otras miserias humanas
se infiltran por los corredores
oscuros y frìos de los relojes.
Cada minuto depuès,
exactamente cada minuto despuès,
de los pueblos, de las naciones,
de cada rincòn del planeta
los pobres, los marginados,
los muertos de hambre,
saben por quien doblan las campanas.
A esta hora de la madrugada
una mujer delgada y sucia
està pariendo -de cuclillas-
en un baldìo solitario.
Llora, pero piensa tambièn
que su niño -como todos los niños-
viene a redimir los pecados del mundo.
Despuès sonrìe... con desdèn.
A esta hora de la madrugada
un orate que ¿no entiende?
tanta tragedia,
abre su boca frente al espejo
y el tùnel que allì ve le hipnotiza,
le marea, y crea un remolino
que lo arrastra a travès de su garganta
hacia su propio infierno...
donde se pierde.
A esta hora de la madrugada
y en medio de mi oscuridad
se encienden -de pronto- tus ojos;
los màs bellos del universo,
hijos del mar y de la cordillera;
y al mirarme logran
casi sin esfuerzo,
que yo
me reconcilie con la vida.
Gustavo Viñas
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Poesía Contemporánea
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