ROBERTO PUENTES QUENGUAN
(Bogotá, Colombia - 1970 - )
Roberto Puentes Quenguán Nace un 18 de julio de 1970 en Bogotá. Licenciado en Física y Matemáticas. Toma talleres en la Casa de Poesía Silva en donde publican sus primeros poemas en una Antología de 1989, luego publica su libro de poemas "Las sombras de las huellas" en 1991, en 1995 publica "Los suburbios del sueño" y en 2006 publica "La Arena de los días". Ha trabajado en el sector educativo y privado como maestro, lideró el programa de fomento de la lectura y la escritura en los colegios de Bogotá desde la Secretaría de Educación del Distrito SED y actualmente lidera procesos de calidad educativa para los colegios privados de la capital, también desde la SED.
Jarrón Chino
El jarrón chino ha caído
Dos mil quinientos años van sin remedio
Resignados
A su encuentro con el ajedrez de mármol
Hubo días
Entre las auroras
Y los espléndidos crepúsculos
En que unas yemas acariciaron arcillas
Una y otra vez
Tallaron su cintura
Sus enormes caderas deliciosas
Y tal vez
Sedientas manos
Detrás de los vaivenes del pecho
Burilando
Volaron con su tinta colorida
Detrás de pájaros y nubes
De llameantes dragones florecidos
Y deslumbrantes amores orientales
Pero ahora cae
Rasga el viento
Entre la saeta de los mínimos segundos
Todos los rostros dibujados gritan
La sangre de porcelana
Llora y sonríe
Dos mil quinientos años son tanto
Son tan poco
Alguien
Hinchados los ojos
Buscará tejer
De nuevo
Los pedazos
Coqueta
I
Hay que ver ese garbo
La amorosa arrogancia
El sublime coqueteo
Con que dejas danzando al viento
La seda roja
Y al mismo tiempo
Con altivo desdén
Me arrojas tu mirada salina
Llena de dagas y de incendios
Cada palabra que volando escribes
Que al aire me dices
Trae esa imagen
Espléndida
Mordaz
De tu gracia
Tu dulce arrogancia
Esencia que esparces sin recatos
Desde tu mirada
No hay otro camino
Cuando giras tu cabello entre los aires
Y te vas con tu paso de diosa entre la tarde
Que arrojarse al viento
Abalanzarse
Con los ojos cerrados
A los mares de tu rastro y tu perfume
Para tomar tu secreta violeta
Tu carta entre las brisas
Y cumplir con la cita
En el día y la hora
Y la esquina
Que te de la gana
II
Sus ojos mirándome
A lo lejos
Sin pausa
Llenos de un agua minuciosa
Toda una playa recién
Tatuada en el espacio blanco
De sus ojos negros
Sabe que su inquietud de viento
es la daga más certera
y deja con dulce descuido
su muslo de soles
descubierto
abandonado a mi sed siempre felina
Coqueta
es la palabra
sabe que toda ella
me incumbe sin remedio
Entre montañas de gente incesante
tras ese comercio de voces
y de música
olvido todo
para escuchar solamente
sus eses más profundas
Ah su cabello
como una playa esperando
su sonrisa
sus labios
su cuello
…
llenos
llenitos
del ciervo salino de las ganas
Lenguajes
Lee el espejo
apréndete
mídete la piel
yema tras yema
Luego la palabra
que las sílabas que te recorren
en las noches de vigilias
o en los alares del sueño
encuentren tu garganta día a día
navégalas
pésalas
siente tu olor salino
entre su geografía
ámalas
púdrelas
que tu saliva se seque
lentamente en sus aceras
moldéales el talle
y píntales de incienso
el sexo y el costado
donde los pájaros
emergen numerosos
Después
lee el espejo
mídete la piel
apréndete
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Poesía Contemporánea
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