Roberto Arizmendi
ROBERTO ARIZMENDI
(Aguascalientes, México - 1945 - )




Roberto Arizmendi

Aguascalientes, México, 1945. Poeta y ensayista. Ha publicado 39 libros, de los cuales, 27 son de poesía, 5 epistolarios, 2 libros de literatura testimonial y varios sobre educación. En 32 libros aparece como co-autor. Sus poemas y escritos literarios han sido incluidos en más de 30 antologías, en diccionarios enciclopédicos y sitios de la Internet.  Primer lugar en los Juegos Florales "Carlos Pellicer" de Xalapa, Veracruz en 1977, Mención Honorífica en el IV Concurso de Poesía de la Revista Punto de Partida de la UNAM en 1971 y Segundo lugar en un concurso estatal de prosa en Aguascalientes en 1957. Coordinador del Taller Literario de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (1972-1973) y del Premio Latinoamericano de Poesía y Cuento de Oaxaca, México. Ha sido jurado en varios concursos literarios y en asignaciones de becas para creadores literarios. En 1997 fue el Mantenedor de los XXXVI Juegos Florales de Ciudad del Carmen, Campeche, coordinó, por parte de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, las primeras ediciones del Premio Nacional de Ensayo Joven “José Vasconcelos” convocado conjuntamente por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (CONACULTA), Tierra Adentro y la UABJO.  

Poemarios publicados 

Las Cartas del Tiempo, (1981).
Historias compartidas, (1985).
Rastreando por la vida, (1987).
Oficio de amar, (1988).
Repaso de la vida, (1990).
Navegante sin puerto, (1991).
Camino sin retorno, (1992).
Verano que no termina, (1993).
El mar, origen y destino, (1993).
Vuelo de gaviotas, (1995).
Cantos perdidos, (1995).
Cuenta regresiva, (1995).
Navegar entre amor y desencantos, (1997).
Inaugurar el sueño, (1997).
Entre bruma y humedad del puerto, (1998).
Estampas de viaje, (1998).
Inventar la lluvia, (1999).
Poema vuelto canto, (2001).
En medio de la noche, (2002).
Sueños, (2004).
Navegante de sueños y utopías, (2005).
Sabio presagio de tu enigma, (2007).
Tu piel en la memoria, (2008).
El tiempo consentido, (2008).
Saberte de memoria, (2009).
Signos para la historia (2010).
Poesía latinoamericana hoy. 20 países, 50 poetas, (2011). 

Epistolarios publicados. 

Todos los días son octubre, (1989).
Deletrear la vida, (1991).
Los pasos y los días, (1995).
Construir los sueños, (1997).
Tiempo de palabra, (2003).

Ha colaborado en suplementos y revistas como: Tierra adentro, Proceso, Punto de Partida, ¿Por qué?, A quien corresponda, Vinculación, Sacbé, Diserta, Códice, Tollocan, Cantera Verde, Oficio, Trashumancia, Yuku Jeeka, Desde la Red, Alforja, Círculo de poesía, Albatros, PD, Posdata, de México. Y de otros países: Liberación, (Suecia), Letralia, Tierra de letras. (Venezuela), Palavreriros, (Brasil), Letras Salvajes, (Puerto Rico), Trilce, (Chile), La Grúa de piedra (España), Loba fina (Chile), Barataria Revista de Literatura (Argentina), Letral (España), A Miranda (Brasil), Carátula (Nicaragua), Tren Rojo (Paraguay), Litoral (España), Martín (Perú), entre otras.

Poemas suyos han participado en exposiciones de pintura y poesía como en la Exposición “Las huellas de la historia” (Ciudad de México, 1998), V Exposición Internacional de Poemas, Pintura y Escultura en homenaje a Leopoldo de Luis (Academia Iberoamericana de Poesía, Toronto, Canadá, 2006) “Imágenes y colores” (IVEC, Veracruz, 2010), “Un encuentro de la poesía y la pintura” (CONACULTA-INBA-CNL, 2010), “Poesía, colores y trazos” (Festival de poesía de Berlín, Art Gallery Willi Büsing, Berlín Alemania 2011).

Combina el oficio poético con actividades educativas, donde ha sido investigador, profesor, rector y funcionario. Es consultor privado en asuntos de cultura, educación, planeación y desarrollo en universidades, instituciones educativas, gobiernos de los estados y diversos organismos.



Un nuevo tiempo para el tiempo

              Para Valerio Mejía Arizmendi

Valerio toca la puerta
porque quiere entrar a este universo
como un ciudadano más del mundo,
sin pasaporte o visa,
simplemente con su presencia
con su identificación de ser humano
capaz de entender el dolor de los mortales
y el amor de las tardes a 30 grados Celsius
entre el aroma de flores y plantas del jardín sin nombre.

El viento cálido de la tarde aguarda su presencia
mientras en la Franja de Gaza
han creado de nuevo un Holocausto,
Auschwitz sin fecha, con hornos crematorios diferentes
y un gran odio refundido en la discordia,
para evitar que surja la concordia y la armonía en el mundo.

Valerio trae una paloma en la mano derecha
y una rama de laurel en la izquierda,
signos de un tiempo promisorio
de un mundo aún no construido.
Sueños al fin, luz inédita del alba,
viento libre que recorre los senderos
buscando un canto o una poesía,
la esencia del hombre renombrado.

A Valerio sólo le falta escribir lo que ya nombra y siente
para construir un mundo nuevo, diferente,
donde la luz sea fuente de nuevas ilusiones
no una ráfaga de metralla,
ni el fuego de los nuevos hornos crematorios
que aprendieron algunos… en esos campos de escarnio
mas no para delinear la paz
sino para dejar que surja el odio inoculado.

Valerio nombra las cosas por su nombre,
descubre los colores nuevos
y sabe que la historia no es cuestión de tiempo
sino de libertad y asombro
ante los horizontes que vislumbra
tan llenos de resabios
tan sin ganas de dejar que el otro logre lo que yo ya tengo.

No es mi palabra su nombre, ni su voz mi eco,
Valerio aprende a pronunciar los neologismos
porque en su nombre habrá de engendrar
un nuevo tiempo para el tiempo
y una historia distinta
para un mundo que aún no existe.


Desafío contra el olvido

Cuando llegue el invierno
mis pasos no dejarán huella en la nieve
ni una sonrisa acariciará las tardes junto al Tíber
Seremos prófugos,
buscadores eternos por el universo.

Estaré seguramente en Roma, recordando.
Habré aprendido lo fugaz que es el tiempo,
cómo los campos de trigo iluminaron la fiesta,
lo efímero del amor en sus cuatro estaciones
y el terso roce de la piel sobre mi asombro.

Pero este es otro río y otro mar
ya no hay gaviotas dibujando el horizonte,
ni gritos de alerta para doblegar el miedo
que se esconde en el requiebro de los días,
desde que la memoria nos anima a un nuevo paso.

Habrá remembranza de una luz radiante,
las voces inquietas sin temor alguno,
el horizonte abierto, el sueño imprescindible,
pero he partido ya y el calendario no puede
devolver el tiempo ni negar la historia.

Muy cerca de esas voces ante el sol agonizante
aprendí a deletrear de nuevo las sílabas perdidas.
Nada me ató ni nada me detiene ante la eventualidad
y los prejuicios que invaden sin recato este pedazo de siglo,
aunque quise quedarme como testigo silencioso.

He sabido aprender a deletrear la vida
para encontrar la luz aún en las tinieblas
o sentir el viento en la carrera fugaz de un tiempo eterno
y en silencio acudiré a la cita, puntual, si así es preciso,
para no doblegarme ni sentir hastío.

Cuando la lluvia escampe
La Habana sabrá de mis sonrisas
porque hasta ahí yo iré para saciar mi sed
a pesar de las sombras que nos niegan
y se tornan eterno desafío contra el olvido.

Acudiré puntual a la cita imprescindible
convocada con voz de gozo y de nostalgia.
Nadie sabrá por qué ni cómo
aprendí a deletrear de nuevo el tiempo
para hacer realidad los sueños y construir la historia.


Un samba de saudade

Si la vida se acaba
no hagan caso.

Si una mañana no estoy
aquí ya más,
acomoden mis cosas,
resérvenles lugar
y denle acomodo al corazón
de nueva cuenta.

Si un día no puedo compartir
comida y tiempo
dividan en tres la nueva vida
y una vez cada cinco años, diez,
alguna vez,
cosechen una flor
y hagan un samba
sin dolor
sin llanto,
que ahí estaré bailando y cantando
con ustedes.


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Título: Metapoesía
Autor: J. Lallemant
ISBN: 978-1725512801
Páginas: 82
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