“Cantares”


¡Oh Dios! creo en la elegancia del pueblo,

ese que en festividades viste de terno.

El que olvida por unos momentos

la pena y los sufrimientos

con unas copas de vino.

 

“Alzan la vos,

nadie escucha”

 

 ¡Oh Dios! Dame la fuerza de tu aliento,

dame la paz que tanto anhelo.

Déjame vestirme de terno

porque yo soy parte del pueblo

y he visto sus miserias,

el dolor en sus hijos

con hambre de la  tierra.

 

 ¡Oh Dios! Tú que eres vida eterna

como has dejado que mi pueblo

de agonía  muera

y sus humildes almas

en tormentas se conviertan.

 
Derechos reservados:  Adán Maimae Herrera.



“Canto nuevo” (Dedicado a la América Morena)


Canto nuevo, dé soledad y tristeza

de amargo caminar por angostas huellas

Donde solo cae la muerte

sobre las penas y las miserias.

Canto, si, hoy canto de dolor

por mi América morena.

Por aquellos inocentes que hoy mueren

sin tener una vida justa.

 

Viene la muerte avanzando sobre la tierra

vistiendo su careta oculta

para que nadie la reconociera.

En mortajas voy acumulando el dolor

de aquellos que hoy con ansias esperan,

aquel ser amado, no se si vivo o en un cajón.

 

Canto nuevo, de maldición y traición

como parias por los caminos.

Asesinos corruptos vagan hoy.

Muere el pobre, muere el indefenso

mueren niños, mujeres y hombres honestos.

 

¡Ay sufrimiento de mis lamentaciones!

De luchar por una igualdad.

Como digiero mi pena

Que solo desea innumerable manos de paz.

Y así apreciar el placer más dulce

de mi gente esbozando su libertad.

 

Déjame alma mía, con mi herido corazón

que este canto nuevo, implora compasión.

Que los deudos encuentren a sus muertos

y les den cristiana sepultura.

Y que este camino que yo he invocado

Sea mi exilio y purificación.

Y así conciliarme con los dioses

más allá del sol.

 
Derechos reservados: Adán Maimae Herrera

 

“Canto del alma”
 

¡Oh!

Canto de otoño y de peumo

que agita mi atribulada alma.

No hay goce mas profundo

cuando del corazon brotan lagrima.

 

¡Oh! Tierra morena

de bosque, selvas y paramos

de cafetales  y de cañas.

¡Cómo te han ido explotando!

en el umbral de cada mañana

 

Mis lágrimas inundan ríos

para fecundar la tierra.

Y emerger en cada huella

con un brote de siembra.

Y dejar en el regadío

Estos dolores que hoy me aquejan.

 

Vengo y soy fruto de la corteza

me matan a diario

me quieren eliminar de la faz de la tierra.

Pero me sostengo de los siglos por los siglos

con esta raíz que no se doblega.

Soy árbol, soy piedra, soy agua, soy hierba

soy el pulmón de la tierra.

 

¡Oh! Dios de la creación

recibe mi canto de tristeza.

Recibe mi canto de agonía

recíbeme en tus brazos

como estas ramas, que hoy a ti se doblegan.

No dejes que me volteen

Y me quemen en madera.

Que si muero yo

Se irá toda la tierra.

¡Oh canto del alma,

Plañidera devoción!

En los bosques, paramos y selvas.

 

Derechos reservado: Adán Maimae Herrera.