CARLOS HUMBERTO QUINTERO RÍOS
(Mexicali, México - 1980 - )
Nace en el año de 1980 en la ciudad de Mexicali, Baja California, México. Lic. en Ciencias de la Educación, ha publicado en diversas revistas: Universitaria de la UABC, Aquilón; además en periódicos y suplementos culturales de la localidad (Mexicali) y la región del estado de Baja California. Publicó el poemario Entre la crueldad y la pared, versos libres (portafolio editorial, 2007). Músico, performancero de corazón, ex integrante de la banda VIL CONDENA, poeta, cuentista, narrador, difusor cultural. Ha participado como colaborador y formando como equipo de redacción en el espacio de Literatura libre. Su blog personal en:
http://www.poesiaebria.blogspot.com
LA POESÍA CONTRADICE
(Publicado anteriormente en Literaturalibre)
He perdido el momento más hermoso:
El ser yo mismo y extirpar el rostro
Complaciente al frenético orgullo de los demás.
Las mariposas suelen transformarse a sí
mismas, más no despojarse de su espíritu.
Llegado a su tumba, dejé caer mi cuerpo y besé
mi propio llanto alcoholizado.
Gargantas vociferan lujuriosas por un nuevo ciclo…
Un nuevo aire qué celebrar…
¡Brindemos!
¡Embriaguemos nuestros corazones!
A final de cuentas todo permanecerá igual.
¿Quién se atrevió a pronunciar que al dolor hay que temerle?
¡Que hay que alejarlo de nuestras vidas!
Tengan conocimiento… el dolor es la raíz que perdura,
Solo vasta mediar la dosis adecuada…
El hombre por su propia naturaleza es infeliz,
Esclavo de la superficialidad, a lo mundano adorador es.
¡Que alguien me aclare! ¿Qué es la felicidad?
Es solo una mínima parte de un muro paradigmático.
Perspectivas van y vienen.
Los intelectuales y críticos literarios me aburren,
Son solo pequeños gérmenes que hablan por hablar.
¿Realmente tendrán algo que contar que sea admirable?
SUBI-BAJA ESCRITURAL
(Publicado anteriormente en Literaturalibre)
En el tiempo en que la letra se torna palabra, las vocales esquivan los trazos del puntiagudo lápiz que intenta aceleradamente detallar las ideas del hombre acorralado en las redes de la metáfora.
En el momento en que se interrogan las preguntas por sí solas, las dudas son viseccionadas dentro del marco de una cotidianidad abrumadora. El cuentista, el poeta y el novelista transfiguran el punto apropiado para permitir florecer las sonrisas alargadas de enunciados esbeltos con tinta de energía liberada.
La condena del artista es no ser consecuente con su vocación de escudriñar y crear su visión, su obra afiliada a los ángulos y efectos del rechazo ante la estructura depositada por la imaginación. La espiritualidad encolarizada por la filosofía a tragos de cerveza y vino, bebida y sorbos inquilinos en el mundo. Acrobacias, masoquismo y riesgos en el verso.
El intento de reflexionar ante la presencia del dilema: ¿vivir? o ¿morir?…
Lunático servilismo por las leyes del lenguaje. Panacea ferviente en la dilatación de letras divulgadas en el charco-rectángulo de una hoja. El cubo en tercera dimensión amamanta:
Mundo parábola, mundo excéntrico, mundo estático, mundo al reverso, mundo exorbitante, mundo paranóico, mundo adiestrado, mundo travesura, mundo venerado, mundo despoblado, mundo condimentado, mundo quisquilloso, mundo mamado, mundo misericordioso, mundo hipotecado, mundo tramposo, mundo patraña, mundo bizarro, mundo condenado, mundo horizontal, mundo torcido, mundo boleado, mundo censurable.
Teatro fenómenico, la pluralidad de imágenes, retratos, símbolos y estéticas que suelen anteponerse a la disyuntiva del ir y venir hacia el trazo del olvido, cual mismo es el viacrucis en el creador, el padecer sufrimiento ante las ideas marchitas que nunca volveran a ver la luz de ser moldeadas, ante la posibilidad de nunca más respirar el oxígeno de la vida. Cual mismo sufrimiento padece el padre por su hijo desaparecido, tal mismo es para el artista de la palabra, el no contar con la posibilidad una vez más el halagar si quiera la sombra de las palabras, de las ideas.
La metafísica como la ley suprema de la objetividad y subjetividead afines en acuerdo con la labor centrada en el numen. Los pensamientos a final de conclusiones son objeto para mostrar una estructura sistemática, metódica y fríamente calculada. En cambio, la voz del artista, el autómata por excelencia es el fuego que enciende la llamarada inagotable de hermetismo impenetrable. La cordura volcada en la falta de ella, los delirios, desvaríos y divagaciones en la orilla de la observancia del más allá donde ningún otro individuo se atreve si quiera a meditarlo.
El artista de la palabra, el visionario que siembra a través de sus frases es un hombre-lobo que se convierte prácticamente en un neurótico concretizado a perseguir y pescar signos, verbos, predicados, sujetos, pronombres, adjetivos calificativos y adverbios para establecer la calidad descriptiva en las limitaciones de los enunciados.
¿Qué es lo que determina la finura de lo bello?
¿Qué es lo que antecede el sentido de la estética?
El infinito capturado por líneas, los cuestionamientos, las dudas engalanadas con el éxtasis de la creación per sí.
Pícaros inmortales sean los escritores.
Eternos seductores que se atreven a jugar con las hemorragias de lo incalculable, sean por siempre soñadores.
Sean por siempre inocentes.
Por siempre deslumbrados por lo que les rodea.
UN ESPIRITU PODRIDO
(Publicado en el poemario “Entre la crueldad y la pared, versos libres”).
I
Mutilación de paladares aturdidos.
La luna se tatúa en latidos indigentes.
El invierno, la estación del desconsuelo.
Aforismos y fragmentos de piel coagulada
entre escamas y vestidos de lentejuela.
Vino asequible.
Espíritu podrido
y palabrerías amargas.
II
La noche fallece entre mis brazos.
Viejos borrachos fotografían en su cruda memoria
los bostezos y fatigas del señor insomnio.
La musa etérea danza entre estampillas y gaviotas drogadas.
III
Sobresalto acompañado de pubis y vientres raquíticos.
Hembra preñada.
Desnuda la noche, fallece entre labios perplejos.
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