JUAN ESTEBAN YUPANQUI VILLALOBOS
(Santiago de Chuco, Perú - )
Juan Esteban Yupanqui Villalobos. Nacio en la comunidad Indígena de Santiago de Chuco, descendiente directo de la panaka de Tupac Yupanqui, antiguos gobernantes de la confederación del tawantisuyo. Estudio educacion en la Universidad Enrique Guzman y Valle, mas conocida como la Cantuta. Es conocido por su ferrea defensa del medio ambiente por lo cual en dos oportunidades fue tomado prisionero por las autoridades gubernamentales, la primera por oponerse a la tala de bosques en Namballe y la Coipa en el año 1980 y en el a;o 1998 por la denunciar el contubernio del narcotráfico y su alianza con altas autoridades del gobierno. Precisamente en prisión crea los círculos literarios como Voces y el Heraldo de Llampallec con lo cual trata de romper las lineas y corrientes tradicionales de la poesía peruana. Tiene varios poemarios Escritos y traducidos al ingles, al bulgaro y al ruso.
POEMA I
Son horas trece
que se asoman por un ventanal
recogidos sin manos
en el tendal de las lomas
que vienen allí
para parar sentados allí.
Que miro?
Encima de las sienes
que atajan el árbol
aquel viejo sentado
en la vera del camino
que nos hace la sombra
tan grande
como el olor del mundo.
Si, miro
Los ojos grandes
de tus miradas
que en tus labios
casi no leo,
en mi miopía de la vida.
POEMA II
He caminado
en una nueva senda
a tu casa nueva
y no me atreví
a tocarla y
he caminado
otras cuadras
con el temor
de nuevamente verte
con las ajadas
hojas que se muestran y
he caminado
nuevamente
las mismas sendas
con el sentimiento
de todo mi regreso
con la mirada triste
que el tiempo
nunca se haya detenido y
he caminado
nuevamente
hacia el malecón
del puerto
que fue de nuestras vidas
antes de ver
la triste hojalata
de una puerta
que no abrías
en todo el invierno
cuando estábamos en verano
junto a los maizales
que el agua del rio
nos hacia recorrer y
he caminado
POEMA III
Y, si sentado
confieso con el tiempo
que no he terminado
con las olas de rumor
que hacen heridas
en el pensamiento
de todo el corazón
que con el tiempo
no se ha perdido
como si hubiera
fenecido en el ayer
cuando todavía
mis fuerzas intactas
y mis ilusiones
no se perdieron nunca.
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