JOSÉ ÁNGEL ORDIZ LLANEZA
(Asturias, España - 1955 - )
José Ángel Ordiz Llaneza (San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1955), licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Oviedo, fue profesor de Física y Química en varios institutos de Educación Secundaria (principalmente en el “Padre Feijoo” de Gijón).
Comenzó su labor literaria con la novela corta Bosquejo de una sombra (Premio Diputación de Asturias 1980).
Sus relatos breves figuran en diversas colaboraciones y antologías. Parte de estas narraciones están reunidas en el libro Relatos impíos (Premio de la Crítica de Asturias 2009).
Es autor de las novelas Las muertes de un soñador (Premio Cáceres 1994), Buenas noches, Laura (Premio Onuba 2006), Mujer te doy, El narrador de historias fantásticas, Las luces del puerto (Premio de la Crítica de Asturias 2010), En aquel tiempo y Sal dulce (obra finalista en el premio Planeta de novela 2010).
Es miembro de la Asociación de Escritores de Asturias, de la Asociación de Artistas y Escritores de España y de la Asociación Colegial de Escritores de España.
Más información en http://joseangelordiz.blogspot.com
Correo electrónico: joseangelordiz@yahoo.com
La huella
Aprender, ya roto o aún entero,
aprender en cada instante
que los instantes no son nuestros,
que se van hacia otras manos
y, de mano en mano,
se transforman en recuerdos.
Tal vez por eso la tierra
es infiel a cualquier idea
y nosotros somos la huella
que otros pisotean;
huellas airadas entre las huellas
de quienes esperan
que para ellos o para ellas
el horizonte se beba todo el invierno
y se endulce el destino
que les ha correspondido,
hijas, hijos
de la soledad,
hermanas y hermanos míos.
A Dios
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
(Dámaso Alonso)
Permíteme, Dios,
la oración entintada de lamento;
permíteme la queja,
la pregunta, la duda, la desesperanza,
el ser indagante, la insatisfacción,
la hemorragia interna.
Permíteme
que sienta y repudie
el silencio que más me duele
porque un día te amé
y aún hoy te deseo.
Cuánto silencio
mientras con la mirada
voy de estrella en estrella
y te pretendo
desde esta guerra entre cuerpo y alma.
Me llora el corazón,
me llora y se me desangra
ante tanta hermosura putrefacta.
El dolor a traición,
el malvivir en cada esquina de la existencia,
el sacrificio de la inocencia,
la caducidad de la ternura,
la omisión de la caricia,
la persona cual imán de penas:
pero callas,
nada me contestas
y siento que te pierdo y te pierdo
y, perdido,
ya es otro día pero es el mismo.
La situación actual
La situación actual es un poco de felicidad
y es una bomba que puede explotar:
nosotros los ángeles que sin alas conseguimos volar,
nosotros los bandoleros.
Unos tiempos de miradas que dan vida,
que también la quitan.
Días de síntomas en interiores omitidos,
de sesos ante tanto indecisos,
de ardorosas imágenes traslapadas,
de sentimientos que refulgen o se encanallan.
Sincero quien miente
para decir la verdad que le conviene,
ser loco y ocioso
quien tantea en la oscuridad buscando el rostro
de su noche más íntima
mientras los otros
simplemente se entregan a la muerte menor
que es el sueño, ese abandono.
La situación actual es algo maravilloso
que de pronto encuentras,
que vas perdiendo de pronto.
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