FAUSTO ANTONIO AYBAR UREÑA
(Santo Domingo, República Dominicana - 1964 - )
Fausto Antonio Aybar Ureña
Nacido el 16 enero 1964 en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana.
Miembro de los foros literarios Sabor Artístico, Río de Tinta, Poeta del Mundo, foro el Elaleph, Nueva Poesía el círculo literario Eugenio Perdomo, el círculo literario Ernesto Cardenal. Creador del blog espejos y sombras (espejosysombrasblogspot.com) miembro de artistas plásticos por el planeta, miembro de poetas y escritores por la paz.
Escritor empírico con el único interés de recorrer el universo literario para proyectar una lectura reflexiva y comunicativa para con lo demás.
LABERINTOS II
Y vuelvo a despertar entre ellos,
sumergido en la voraz imputación
de sus sueños, albergando disociadas estrofas
de esta sinfónica mudez, porque son ellos,
los laberintos, esos que ahogan ecos, que oxidan
tarjas y murallas.
Laberintos, ya no de lagos de sangre,
sino de mares de huesos, perplejitas
miradas resbalando en la porosidad del olvido,
rayos de polvo surcando quebradas, hiriendo
momias, atizando odios, masticando
las heces del tiempo.
Y quisiera salir de este embrión
de gárgolas disecadas, emerger en la liquidez
de estos espejos que derrotaron fantasmas, y romper
con esos laberintos, que desterraron el sueño,
que hicieron de mí; el hombre imperfecto.
Fausto Aybar
SILENTE ORACION
Solo, arrodillado, la madera no hiere mi llanto,
cuatro lunas de cristal, gotas de sangre que
traspasan la historia, ya no hay costillas que
pretendan estremecer el olvido.
Solo, desnudo, las oraciones vuelven del sendero
inequívoco de estos labios nauseabundos, vuelvo
la mirada a mis sombras mas cercanas, y puedo
oler en la oquedad tu presencia.
Solo, sin mas de dos silabas, ángeles
atrapados en el vitral, hostias diluidas
en las espesas lenguas de una noche sin final,
preámbulo de una lagrima, estación del amor.
Solo, arrodillado, desnudo, cuantificando
plegarias, desenterrando dudas, crónicamente
el reloj duerme, los ademanes se confunden, y vuelvo
la mirada hacia el madero, y una luz me perfora el alma.
Boceto
Dejad que el carbón
habite mi piel, que navegue
entre las Hordas sigilosas de estos
espejos lacerados por el tiempo.
Dejad que las arrugas
profanen bellas metáforas,
que las lágrimas se vistan al compás
de los recuerdos.
Dejad que hieran mis sueños,
el bramar de los arco iris al tocar mi voz,
que una luz se filtre en la oscura claridad,
y yo despierte como un boceto, arrugado y muerto.
Por favor dejad,
dejadme en posición prenatal
injuriando los fantasmas
de estas paginas blancas.
Fausto Aybar
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