Víctor González Solano, Comunicador social periodista, escritor, catedrático y gestor cultural. Ha publicado los libros “Alejo Durán, el juglar inmortal” y “Mandalas, libro de poemas”. Tiene aún sin publicar “Canto libre” y “Nada va a cambiar mi mundo”. Desde hace 25 años dirige y presenta el programa radial Viaje Latinoamericano.
Ha sido director del Instituto Distrital de Cultura de Barranquilla, Director de la Galería Distrital de Barranquilla y Asesor cultural.
Sus artículos periodísticos son publicados con mucha frecuencia en el diario El Heraldo de Barranquilla.
Correo electrónico: galeriadeletras@gmail.com
Web:
www.galeriadeletras.blogspot.com
* Un poema
En tus manos está escrito un poema
que habla de ti,
que habla de mí,
que se derrama desde
las puntas de tus dedos
y camina cada rincón de tu piel.
Es un poema que cuenta
los espasmos de nuestros cuerpos
cada vez que los unimos,
que habla de pasión y de placer,
de gemidos y suspiros
de locuras de amor.
Un poema que rompe tus silencios
con los cantos de Orfeo.
Un poema que se enhebra
para tejer cada beso que nuestros labios inventan.
Un poema que habla de la generosidad de la noche
que extiende las horas para hacer más larga nuestra estancia.
En tus manos está escrito un poema
que habla de ti,
que habla de mí... no dejes nunca de leerlo.
* Divinidad
Dios bendiga
el movimiento altanero y vanidoso
de tus caderas,
exótica operación matemática
que suma y multiplica pasiones.
Dios bendiga tus caderas
y sus alucinantes curvas pecaminosas
que parecen salidas
del Cantar de los Cantares.
Caderas que son reclamadas a gritos
en las calles por donde transitas,
caderas que cada noche
convierto en grupas
y monto para conquistar la vida
y abandonarme por completo al placer.
* Invitación
Te convido a vivir
en un verso de Benedetti
y en la rayuela de Cortázar,
a que caminemos agarrados de la mano
por el diapasón de la guitarra de Serrat,
que nos cobijemos en una canción de Lennon
y en la voz sin miedo de Mercedes.
Que recorramos sin temor el boulevard de los sueños rotos
que Sabina construyó para Chávela
y nos arrullemos en la vie en rose de la Piaf.
Te convido a que cambiemos el llanto de las plañideras
por sonrisas sinceras.
Te invito a que te hagas cómplice
de mis miedos, de mi cobardía,
de mis triunfos y frustraciones.
Te convido a que hagamos, del placer
que produce la unión de nuestros cuerpos,
un amigo fiel al que podamos visitar a diario.
Te convido, como dice Silvio, a que me creas
cuando digo futuro.