Oscar Alberto Marchesin
ÓSCAR ALBERTO MARCHESIN POLINELLI
(Buenos Aires, Argentina - )



Óscar Alberto Marchesin. Poeta nacido en Buenos Aires. Colaborador de revistas literarias en América, España y Holanda. Co-fundador de varias revistas literarias. Colaborador en SADE en talleres literarios y presentaciones. Trabaja actualmente con publicaciones que intentan hacer conocer los genocidios encubiertos caso Gaza. Publicó algunos libros en alguna época. Vive en Montevideo desde 1998.


      El ghetto de La Tablada

      Arbol de la vida

      Mi duelo, lo que estoy viendo
      es el Gran Buenos Aires desde un cementerio judío.
      Con cara de cansado pasa arrugando un rabino
      la página de kaddish en el bolsillo.
      En mangas de camisa lejos de esta pira de piedras
      asará los restos del domingo sobre otro mausoleo.
      En la puerta la florista se persigna
      ante un cortejo de parientes y vecinos
      solideos improvisados, mujeres de llanto fácil
      se congregan en la fila de los deudos
      no es por mi duelo, me segregan, los estoy viendo
      no me sumo a esa muchedumbre abatatada
      me resta a contramano mi pérdida solitaria
      por Quilmes y Ezpeleta hasta La Tablada flotando
      bajo el humo de chorizos arrebatados,
      de calles barrosas sin apisonar
      vías muertas y, al final, una tarima evangelista.
      “Pare de sufrir” anuncia la humorada del cartel
      cuando piedra sobre piedra entierro
      mal traducida la fotocopia de kaddish
      en el fondo de mi cartera qué me dice
      la tradición a expensas de tu muerte
      una verdad menos que revelada
      no hay rabino que ayune ganas de saber
      no hay duelo lo que estoy viendo es lo que es
      calles del Gran Buenos Aires transidas de domingo
      un vehículo negro pasea en relieve el nombre de su cochería
      de éste al otro lado del suburbio lo que estuve viendo
      se distancia. En el campo sin límites de la mirada
      verde sobre verde avanza el paisaje de todos
      todos cuelgan sobre ese horizonte la esperanza de estar vivos
      somos una muchedumbre abatatada volcando sobre los colectivos
      un pasaje de salida. Me fui del cementerio
      yo tampoco merezco otro domingo en tinieblas.
      Mi duelo, lo que estoy viendo
      será de aquí en más este verdor que te dedico.
      Hoy florecen en las copas de los árboles todas mis raíces.


      Freud

      “Me voy hacia la luz”
      me decía en un sueño mi padre muerto.
      Su sonrisa esfumada en doble lejanía
      acercaba sin embargo una tranquilidad luminosa:
      había un mensaje literal
      enunciado clarísimo donde la luz es la luz es la luz es la luz
      y donde irse es replegarse en eco
      como sólo un padre sabe hacerlo
      envuelve el alma en blanco tiende una fundita
      y apoya de los hijos en blanco la cabeza
      ahí escribe premoniciones futuras
      un destino de grandeza una vía regia
      que él firma y confirma como médico
      dejándonos en una cura formidable
      su desaparición.


MI DIOS ES ESE NEGLIGENTE

Mi dios es real y acepta sus negligencias

Es consciente de su creación
Pero ni idea de donde salió...

Es limitado y finito
Es vago y le gusta el vino tinto
Es mujeriego y algo corrupto...

Reconoce también no haber creado mujer alguna
Y dice:
... “La mujer fue mi creadora y existe desde siempre”…

Es demasiado perfecta para que alguien
Se haga responsable de ella…
Es demasiado Todo para cualquier dios…

“Si tan solo de originar una mujer se tratase
El juego de la vida seria nada
Pero quien descifra su alma…quien”

O dios negligente…

Mi dios duerme siglos y al despertar
Pueblos enteros han desaparecido…
Y hasta le nacen los Bush y los Papas…

Ríe de los genocidios llora como un niño
Es inmaduro y escribe noches que duran siglos…
Escribió novelas fantásticas y muchos bodrios:
... Los libros de muchas religiones
... Colaboró en el mediocre Quijote
Y reclama derechos…

Una tarde de octubre se durmió sobre un manto...
En el desierto los cuervos lo atacaron de sangre la arena…
Huyó y el manto al viento fue el tabú del mundo...

Junto a su cama un recipiente dorado
Para sus necesidades…
Y el Grial fue otro tabú del mundo...

Y ríe siempre ríe
Ahora del código Da Vinci y sus aventuras…

Sus hijos reconocidos reconocen su irresponsabilidad…
El sabe de la muerte de los niños…
El sabe de las noches eternas de los hospicios de Neruda…
Del sufrimiento y de la arbitrariedad…
Nada puede hacer y así es de limitado...

El lo sabe casi todo menos lo prohibido
Porque las señoras mandan...

Entre otras cosas Mi dios:
No exige alabanzas
No asusta impiadosamente
No promete boludeces
No conoce el paraíso ni el infierno
No acepta ni impone mandamientos
No necesita ministros nefastos interlocutores
No tiene casa ni templos de oro para el hambre del mundo
Nunca murió
No lava mentes
No amenaza
Vive con su pareja
No es vigilante
No intercede No modifica No interfiere…

Porque mi dios creado negligente
En su creación imperfecta es solo Amor…


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Título: Metapoesía
Autor: J. Lallemant
ISBN: 978-1725512801
Páginas: 82
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