GUSTAVO ENRIQUE ORTIZ CLAVIJO (Rodolfo García L.)
(Colombia - )
(Rodolfo García L.). Profesional en estudios literarios de la Universidad Nacional de Colombia, periodista cultural, profesor de Español, miembro del World Poets Society y poeta (nombre de pila, Gustavo Ortiz). Especialista en literatura mexicana y estudios semióticos.
Publicó en 2006 su poemario Basiliscos sur le cité y la Universidad Nacional de Colombia editó Sesiones de Soul (2008) en la colección Viernes de Poesía.
Agente del grupo regional “Los Verseros de Zamora” de México en 2007 y 2008. Compilador de los libros Tal vez seremos inmortales (2008) de Roberto Reséndiz y Al igual que tú y otros poemas (2010) de Jorge Luis Darcy, poetas mexicanos para la Colección Viernes de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia.
Editor del libro Ceniza Enamorada de Francisco Pineda (2007). Conferencista en la Feria Internacional del libro de Bogotá 2001 y 2004.
Conferencista sobre la poética de Neruda y la prosa poética de Fernando Del Paso en las Universidad Pontificia Javeriana, Taller 5, Instituto Caro y Cuervo, Universidad Central.
Asesor en el Salón Regional de Artistas – Oriente del año 2007. Poeta lector en Pamplona, Monguí y pueblos pequeños. Poeta lector en el XVIII Festival Internacional de Poesía de Medellín y editado en la revista Prometeo N. 83 (2009).
Reseñado por La Jornada de México en 2007 y su poemario “Mientras La ciudad transita sobre mí” fue escogido para la colección de la Biblioteca Cervantes. Editado por la Revista Arenas Blancas N.11 del Department of Languages and Linguistic de la New Mexico State University.
Miembro del comité directivo Bucaramanga campaña precandidatura presidencial Gustavo Petro en 2009 y miembro del comité de apoyo candidatura presidencial Gustavo Petro 2009 y 2010.
Conferencista invitado Octubre 2009, Taller de Literatura, Sucre –RENATA –Ministerio de Cultura.
Curaduría exposición Consuelo Restrepo Prías. Galería ZQD. Bogotá - Diciembre 2011.
Director del proyecto virtual ESTACIÓN POETAS de 2004 hasta octubre 2011.
Aviso en Nueva Orleans
La casa del blues
late bajo el agua:
pentagrama ciudad
para caimanes virtuosos
y habladores de alma.
Los noticiarios sacian su lente
en la turbia ciénaga
de los desposeídos
y las vacantes a almirante
de contrabajo mayor
deberán esperar.
Nadie ha recogido
las ropas húmedas
de aquella trompeta
del bueno de Louis.
Esos peces confundidos
transitan Nueva Orleans,
prueban su nuevo plancton:
acetatos cultivados
de violines trasnochados,
pianos en fuga
y gargantas de arena.
En el camerino de Norah Jones
se hallaron las encíclicas
cantadas del huracán,
el tibio cuerpo
de una soledad a medio vestir
y un hermoso contrabando:
dos alas de ángeles
para las galas del sábado.
SI PUDIERA
No quedan más que poemas cerrados
con las aldabas lastimadas,
las botas secas y las ropas en el morral,
el mapa en papel y sin ruta;
no quedaría más que retirar los sentimientos
a todos los fonemas que fueron salvas
y quitarles el sentido a todos mis muertos.
La risa tal vez no regrese,
como miliciano herido,
fueron muchas guerras de la palabra;
la felicidad tal vez no regrese
son muchos los campos
que se quedaron sin sentidos.
Como excesivo delirante
borre todos los dones
y didascalias de las escenas,
como mago de la semiosis
muchas tablas pálidas
en que destace interpretantes.
Si pudiera recuperar el sonido
si pudiera esta pequeña felicidad,
diría tu nombre a grito entero
sería mi panfleto y la revolución;
solo si pudiera, le escribiría el sonido
a una luna de piernas largas.
Si pudiera, no sería poeta solo poema,
lo primero es muy violento.
Las sublimaciones no son tan posibles,
cuando la libertad es la mayor prisión.
Si pudiera explicar el perfume de la vida,
diría tu nombre de cortas silabas
con marca y publicidad suficientes
en un temblor de ojos.
Si pudiera dibujaría mi retirada
en un contrapicado en grises
como tapa para un último libro
y que vos cierres la lente de la cámara.
Solo estamos vivos cuando somos mirados.
Solo estamos,
si pudiéramos conocer nuestros territorios en un abrazo.
Si pudiera, no escribiría esto.
ÁNGEL CAÍDO ANTE SU SOMBRA
" Nunca será romántica la muerte,
por más que nos esforcemos".
Jorge Gaitán Durán
Calentada angustia
y las ganas de matar,
siempre se mata
al espacio para la muerte,
creen en el derecho
otoñal y estrecho
de quitarse de encima,
de al lado y de la almohada,
la persistente muerte,
se detienen y sudan
ante la posibilidad del derecho
a quitarse de la frente
y del espejo
y de la compañera almohada,
la unísona vida.
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