LUIS RAÚL CALVO
(Buenos Aires, Argentina - 1955 - )
Nació –y vive-en Buenos Aires, Argentina en 1955. Poeta y ensayista. Autor y compositor de música, cantautor. Licenciado en Psicología. Dirige la Revista “Generación Abierta” (Letras-Arte-Educación) desde su fundación en 1988, publicación “Declarada de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires”, en el año 2000, por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Dirige desde 1992 el Café Literario “Antonio Aliberti”, en el Café Montserrat.Desde 2007 co-conduce y produce el programa radial “Generación Abierta en Radio”, los martes a las 17 hs por FM Cultura, 97.9 MHZ.Ha recibido diversas distinciones literarias.Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, rumano y portugués.
Obra publicada en poesía: “Tiempo dolorosamente resignado”(Ediciones “Generación Abierta”, 1989); “La anunciación de la partera” (Ediciones Correo Latino, 1992); “Calles asiáticas” (Editorial Plus Ultra, 1996)); “Bajos fondos del alma” (Ediciones “Generación Abierta”, 2002); ”Belleza nómade” (Ediciones Generación Abierta, 2007); “Nimic pentru aici, nimic pentru dincolo”, Antología Poética, en lengua rumana, con traducción de Flavia Cosma (Editorial Gens Latina, Rumania, 2009); “Nada por aquí, nada por allá”, Antología Poética, en español (Ediciones Generación Abierta, 2009); “Profane Uncertainties” (“Profana Incertidumbre”), Antología Poética, en lengua inglesa, con traducción de Flavia Cosma (Editorial Cervena Barva Press, Estados Unidos, 2010).
En 2010 grabó su primer álbum musical, “¿Cuál es la verdad de lo vivido?”-Canciones urbanas- con temas de su autoría y la musicalización del poema “¿Será verdad que cuando toca el sueño?”, de Gustavo Adolfo Bécquer.
Email: luisraulcalvo@yahoo.com.ar
www.generacionabierta.com.ar
La vida real
La vida real es un desgastado
sacerdosio.
En las altas ciudades, miles
de fieles confinan sus almas
para apaciguar el fuego de la carne
la dorada caridad de la limosna
el religioso orden de los días
por venir.
Habíamos dejado todo en manos
de los dioses, la deidad de la
cuaresma y los santos evangelios
éramos buenos y santos y la tierra
del paraíso nuestro más preciado
bien.
Pero tú, que renegaste de dogmas
y costumbres y elegiste la libertad
a ciegas a los prometidos reinos
de la sabiduría, hoy deambulas por la
espesa niebla del ocaso
con la cabeza gacha
y las manos atadas a un dudoso banquete.
La Estrechez del Mundo
En el límite de todo, tú adorada mía
ahora que la sal del hierro no corroe
los ligamentos del esperma, vienes a mí
blanca etérea, elevando tus ojos rojizos
por las gargantas del océano.
Condenado amor, la estrechez del mundo
se interna en los mares ultrajados
allí donde la luz del ciego y las camas
de alquitrán ya no alcanzan para contener
la esclavitud de los siervos.
Bella amante de fin de siglo, tu mirada
me precipita al abismo y así permanezco
acosado por la esclerosis de los cuervos
que soplan en mi nuca una sentencia
de antiguas verdades.
El hechicero que besó la horca por última vez
aplaudiendo a su verdugo, las calaveras de trapo
galopando en los caballos de la muerte
y ese terror acumulado en la falsa renguera
del enano mestizo.
Esta visión endemoniada de las cosas
es la furia reflejada en tus caderas de agua
Hoy, que los muros han caído y las alcobas
muestran su miseria de lana
estamos juntos en la región deshabitada del fuego.
La otra oscuridad
La otra oscuridad es este pacto labrado
con los sórdidos impostores.
¿Quién transformó los harapos calcinados
en la ensoñación de los dementes?
La rebelión de la piel es un atenuante
a la mentira.
Nosotros, los blancos atrincherados
en las bujías de plomo
descosemos las blusas amarillas
de la mujer amada y reciclamos su aroma
así como otros reciclan las miserias
más humanas.
Este es el estado de las cosas
la fragmentada disolución del alma
en la carne de los desenterrados.
Quizá por eso, este amor con gangrena
sacude a los amantes y nos traslada
a Notredam, allí donde el viejo jorobado
se recompone en los campanarios de plata
y vislumbra enajenado las cuentas pendientes
que en algún momento se ha de cobrar.
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