ZUNILDA MORENO ISAÍAS
(Córdoba, Argentina - )
Abogada retirada y autodidacta.
"No estudié Letras, aunque mi herramienta de trabajo fue siempre la palabra escrita, ya que me he desempeñado como abogada en el ejercicio libre de la profesión y como empleada del Poder Judicial de mi Provincia, de allí que, en varios de mis cuentos vincule las historias con experiencias y conocimiento técnico-específico. Además he cursado algunos talleres literarios de forma privada. No he publicado pero pienso hacerlo, cuando el momento llegue. También escribo poemas, actividad que cumplo desde joven en el afán de expresar las emociones del alma humana".
Septiembre de 2011
Desde la terraza
Desde la terraza
Viste la vida pasar
Con sus errores y aciertos
Con su eterno “sin parar”
Ojalá que tu soledad
No lastime mi ilusión
De sembrar y cosechar
Semillas del corazón
La línea curva se cierra
Y desde tu terraza
El círculo que crea
Me deja sin esperanza.
Febrero de 2011
Caracol de Vida
Veintinueve vueltas hacia arriba
Si quieres alcanzarlo
Veintinueve vueltas para abajo
Si quieres olvidarlo.
Precipicios y derivas
Te hundirán en la noche
De tus ojos cerrados
¡Qué terrible decisión!
O te quedes o te alejes
La espiral tendrás que atravesar
Pero, no lo pienses,
La vida, igual,
Siempre te ha de llevar
Por caminos difíciles
Y en gozosos remansos
Te detendrá.
Como el andino caracol
Veintinueve vueltas darás
Para subir o bajar.
Y como suave manto de sol
La Luz te iluminará
Para conocer tu verdad.
(Escrito con motivo de cruzar El Caracol en el descenso de Argentina a Chile)
Ojos azules
(Microrrelato)
Parecía perplejo, atónito, deslumbrado, cuando nuestras miradas se cruzaron encontrándose, en esa tibia tarde de primavera. Valían la pena esos ojos, azules y seductores como pocos, que me recorrían de arriba abajo, dominándome. No podía avanzar. Como momificada, esperaba. Daba la impresión que ninguno de los dos sabría qué hacer cuando la recíproca y envolvente mirada terminase. Ya me había dicho Clara, que era atento, servicial y cariñoso y además, para rematar, complaciente. Sin embargo, inmediatamente recordé que también me dijo, que solía ser un poco testarudo, algo orgulloso y bastante independiente. No me preocuparon las opiniones. El feed-back entre los dos permaneció indemne, en los escasos segundos que duró. Debo haber parecido una pobre tonta enamorada, al punto que, no fui capaz de escuchar a la empleada que me decía:" Pase, pase por favor señorita, es un Husky siberiano, no le va a hacer nada, es bueno..."
150 Palabras
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