MARÍA AMELIA DIAZ
(Argentina - )
(Izq. a der.) Los poetas Susana Cattaneo / Héctor Miguel Ángeli / Juan García Gayo / Paco Alejo / María Amelia Diaz
Argentina
Docente
Bibliotecóloga
Es poeta y ensayista.
Coordina Talleres literarios desde 1987, dos de ellos para la Dirección de Cultura del Municipio de Morón, Buenos Aires.
Ha publicado en poesía "Cien metros más allá del asfalto", "Para abrir el paraíso", "Las formas secretas" "La dama de noche y otras sombras" y "Para justificar a Caín".
Integra la antologías “Talleres labor y vida” (SADE) "Antología Sin
fronteras"(editada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México y declarada de Interés Cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), "Icosaedro", "Poetas de Morón"(editada por la Intendencia de Morón/ Buenos Aires), "Oeste" "Eufonía" y "De gritos y silencios I,II y III" entre otras. Está incluida en el "Diccionario de autores" del Ministerio de Cultura de la pcia.de Bs.As.
En 1987 recibe premiación de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores)
En 1995 es distinguida por el gobierno del Municipio de Morón por su tarea cultural al frente de los Talleres Literarios.
Participó de la redacción de periódicos y revistas, fue co-editora de la revista "Sofós" (1998-2000) y columnista literaria de "Artes y Letras" (2000-2010) y del periódico Y...atrévete” declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación.
Integró programas radio-culturales.
Se desempeña como jurado literario.
Ha dado charlas y conferencias sobre temas literarios en distintos puntos del país
Desde 1996 es miembro permanente de la Comisión Organizadora del Encuentro de Escritores del Municipio de Morón.
Dirigió el Café Literario de La Casa del Poeta (1998-2005) y actualmente coordina junto a la poeta Susana Cattaneo el Café Literario "Extranjera a la intemperie" en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Fue vicepresidenta (2000-2003) y presidenta (2004-2007) de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) filial oeste.
En el período 2005-2008 formó parte del grupo literario "La luna que" con el que organizó los encuentros de poetas "Tinta Bs.As” y Marcha Poética” en Salón Dorado del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Bs. As. Asistió como escritora invitada en el evento “Morón se muestra” en el Centro Cultural San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fue poeta invitada en el V Encuentro de Escritores organizado por la Universidad Nacional de Entre Ríos.
En 2009 se desempeñó como expositora en el Congreso Literario ”Hacia el Bicentenario Dos siglos de mujeres en las letras”. El mismo año participó como poeta invitada en el V Encuentro Internacional de Escritores organizado por el gobierno de la provincia de San Juan.
En 2010 organizó junto a las poetas Susana Cattaneo y Susana Sachaos el “Gran Salón de Poesía del Bicentenario” en el Centro Cultural San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y junto al poeta Norberto Barleand la “Marcha poética-Poesía en imagen” en el Salón Dorado del Ministerio de de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .
El mismo año intervino en el Simposio Internacional de Literatura del Instituto Literario y Cultural Hispánico y el XIV Encuentro de Poetas y Ensayistas organizado por la Asociación Gente de Letras.
Participó como expositora en el Encuentro “Las creadoras” organizado en el Museo Roca.
En 2011 formó parte del Congreso de Poesía “7 colinas” organizado en la ciudad de Rosario provincia de Santa Fé.
Junto a los poetas Susana Cattaneo y Jorge Cambiaso editó “Poetas sobre poetas” una antología donde 20 poetas argentinos hablan sobre otros tantos poetas argentinos.
El mismo año recibe el premio Reconocimiento a la trayectoria de ASOLAPO (Asociación Latinoamericana de Poesía)
Ha participado en distintas oportunidades en la Feria del Libro
Es miembro de APOA (Asociación de Poetas Argentinos) y socia honoraria de SADE (Sociedad Argentina de Escritores)
Dirección electrónica: mariaameliadiaz@hotmail.com
* * *
A veces es un llamado débil
apenas un rumor inaudible en lo profundo de los huesos,
como una diminuta raíz que cava entre la tierra oscura de la carne
Después, se reconoce el golpe,
un ramalazo tendido entre diástoles y sístoles que galopa con sus cascos los charcos de la sangre
corre y arrasa el camino que le señalan las arterias
trepa y golpea aldabas incesantes que retumban en la casa a oscuras del cerebro
Como un chamán convoca a los poderes del nombre
que no sabemos
que no encontramos
porque no hay palabras ni sílabas que expresen
con su alfabeto hambriento el poder sagrado de las sombras
Entonces sólo nos responde el grito
desnudo grito hostil, jirón primero
que permanece sofocado en la trampa feroz de la garganta
en la boca misma del abismo
justo al borde de toda expresión posible.
Trampa
Y nos ahoga.
La muerte de las flores
Unas flores inválidas y azules se desvisten en el florero
con suaves movimientos de arabesque abandonan sus cabezas
bajo la cadenza de alguna brisa que entra sutil por la ventana
Entonces ellas, las ahora marchitas, abandonan sus pétalos uno a uno.
Como En La muerte del cisne,
las flores entraron en escena sólo para ofrecernos la magia de su muerte
Ellas, las que conocieron la libertad del viento y la fresca aventura de la lluvia,
las que durmieron palpitando bajo un techo de estrellas,
pequeñas pávlovas de florero
(todo su cuello sacudirá esta blanca agonía dirá Mallarmé en el poema)
ellas inician su último gesto de abandono,
se inclinan
y dejan sus pétalos sobre la mesa.
REcuento
Las flores en un florero azul
un retazo de baldosas en damero bajo el sol,
una tarde que brilló y desde entonces brilla en la memoria.
las pestañas de aquella muñeca prohibida que cerraba los ojos
el perfume acidulado de la magnolia grandiflora
cierto ademán trinchando el aire con los dedos
una mirada
las ruedas de la bicicleta que giran sin detenerse nunca
la risa desde la calesita cuando la plaza gira en sentido contrario
la sombra verde de los árboles de enero
la abuela y su único cuento
las caricias que inauguraron el cuerpo
las hojas doradas que crujen en un otoño cualquiera
todo mar que es uno
una mirada de desprecio
Vivaldi que nos devuelve la primavera al mundo
el vagido del hijo que abrazamos por primera vez y para siempre
las montañas descubiertas con los ojos de Eva
la suavidad del gato que un día rescatamos del desamparo en una calle vacía
la mesa de Noche buena con todos
la mesa Año Nuevo con menos
Son apenas hilachas que la memoria recupera
para zurcir este vestido gastado por el viaje.
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Poesía Contemporánea
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