NORTON CONTRERAS ROBLEDO
(Canela, Chile - )
Norton Contreras Robledo. Nació en Canela, Chile. Comunicador social, Poeta, Escritor. Miembro De La Sociedad De Escritores De Chile ( SECH) Integrante De Poetas Del Mundo. Miembro De la Red Mundial De Escritores En Español (R EMES). Asociación Internacional de Comunicadores y Periodistas chilenos en el exterior (AICPCH). Miembro De La Organización Cultural Víctor Jara.
Escribe ensayos, relatos, cuentos, columnas y artículos culturales y políticos. Los que han sido publicados en la prensa digital; Redacción Popular, Rebelión, De La Organización Cultural Víctor Jara, Crónica Digital, Aporrea.org, Generación 80, Fortín Mapocho, Pluma y Pincel, Argenpres y otros medios de prensa alternativa. Y en la prensa escrita ; Perspectiva de clase (De Argentina) Liberación, (Suecia), Tribuna Popular, (Venezuela).
Finalista del concurso de poesía de La Voz De la Palabra Escrita Internacional. Ha sido incluido en las antologías Mil poemas a Pablo Neruda. Y en la Mil poemas a César Vallejos.
Ha publicado los poemarios Cantos en tiempos de amor y de guerra y Aires de libertad. Editados por : Otra Dimensión Editores, Madrid , España.
Actualmente ha concluido la novela breve El amor en todos los tiempos. Y está trabajando en el proyecto de poemario El árbol de la vida.
Nocturno a una poeta
Hay sueños despiertos
en el pliegue de la noche.
Como una congregación luciérnagas siderales
las estrellas iluminan el firmamento.
Una ilusión insomne
trata de conciliar el sueño.
Bajo el claro de luna,
después de un largo día,
las sombras de los cansados álamos
dormitan en el fondo del río.
La casa, adivinando tu ausencia
mira hacia el campo
buscando tu presencia entre los árboles,
entre el arroyo que va saltando de peña en peña,
en el río que sueña el encuentro con la mar.
Pero tú no estás entre los árboles,
no estás en el arroyo o en el río
ni tras las montañas que cada día
paren piedras resplandecientes.
Tú estás en el valle de rosas y lavandas,
en un lecho de hojas de hierbas
yaces desnuda a mi lado.
Bajo el claro de luna, tu cuerpo iluminado
y en actitud de entrega
es la noche estrellada abierta al firmamento.
Mi boca a tu boca, como el pasto al rocío,
tu boca a la mía como tentadora fruta
del árbol de la vida.
Nos besamos queriendo saciar
la sed de amor,
el deseo y la pasión
en la conjugación de nuestros labios.
Tú cabellera al viento juega con la brisa.
Tu cuerpo es la prolongación de tu esencia
reflejada en mis sueños.
Me deslizo por él lentamente.
Descubro los misterios escondidos
en tu mundo de ensueños.
Bajo caricia a caricia,
cubriendo beso a beso
todo el territorio de tus deseos ,
despertando la pasión
de los volcanes que habitan en ti.
Bajo el claro de luna,
tu cuerpo iluminado
y en actitud de entrega
es la noche estrellada
abierta al firmamento.
Y en tono cómplice
nos habla el universo
Tras las cortinas del tiempo
La certidumbre: tu ausencia
No sé cuantos días y noches
tardaré en olvidarte,
en el intento iré borrando
las imágenes, las palabras,
los recuerdos y momentos
que dejaste abandonados
cuando emprendiste el vuelo.
Aquí me quedo
hablándole al silencio.
¡Cuando las palabras sólo alcanzan
para evocar el rencor y la rabia,
ante el abandono imprevisto,
sin una misiva,
pero anunciado en las ausencias,
adivinado en los silencios,
percibido en las miradas esquivas
y las caricias rechazadas,
hasta el día en que fue sacando
sus pertenencias del armario,
su foto de la mesita de noche,
hasta el día que fue dejando
los recuerdos en las paredes,
la certidumbre de su ausencia,
para salir del cuarto
sin volver la vista atrás.
Cuando las palabras sólo alcanzan
para testimoniar la ausencia
entonces es mejor mirar hacia atrás
hacia un pasado lejano
Todo era más fácil en esos días
cuando mis pasos
iban por caminos polvorientos,
por cerros, valles y montes,
paciendo cabras y ovejas.
Todo era más fácil
cuando sentado bajo la sombra de un árbol
trataba de descifrar ese montón de garabatos
en los libros de mis hermanas.
Es bueno acordarse de esos tiempos,
del pan candeal recién salido del horno,
de la mantequilla que hacía mi madre,
y de los trigales esperando la siega,
ser llevados a la era para ser trillados.
Después de la trilla,
cuando el trigo era el pan
de día venideros esperando en la era,
en el patio de la casa
mi madre servía la comida, el pan y el vino.
Es bueno acordarse de esos tiempos
Mi padre era la ausencia
percibida desde días lejanos.
Después el canto y la guitarra
amenizaban el resto de la tarde,
la poesía llegaba en la voz de un poeta popular,
o de un payador improvisando un recitado
en rima, cantando acompañados de una guitarra.
Al final todos bailando la cueca.
Fue en esa época y en esos lares
mis primeros contactos con la poesía,
fue en esos días en que mirando bailar la cueca
adiviné el asedio amoroso
de un hombre a una mujer,
el arte de seducir.
¡Ay , mujer como te extraño!
Aquí me quedo
en la certidumbre de tu ausencia,
hablándole al silencio.
Nunca he estado ahí
Nunca he estado ahí...
pero estaré algún día,
en tu tierra y en tu cielo,
Caminaré por las calles
en busca de tus pasos,
y en la plaza del pueblo
me sentaré un momento
a mirar los lugares
que desde ahí contemplas,
los aprenderé de memoria
y los guardaré para verte
en ellos cuando no estés conmigo.
Nunca he estado ahí….
pero estaré algún día,
para verte a escondidas
para espiar tus pasos
para ver tu andar por esas
calles tan tuyas.
Porque todo lo abarcas
y porque donde caminas
vas dejando tu esencia.
Nunca he estado ahí….
pero estaré algún día
para oler tu brisa,
para sentir esencias
de rosas y lavandas,
impregnadas en tu piel
como el agua en el río
Nunca he estado ahí…
pero estaré algún día.
Sin que me veas
sin que lo sospeches
y desde una esquina
esperare que llegues
para decirte.....
nunca estuve aquí
pero he llegado...
me trajeron tus ojos,
tu pelo y tu sonrisa
y tu dulce mirada
que hoy encuentra la mía.
Y no me iré de ahí,
no vendré de regreso
sin robarte un beso.
Porque oler tu brisa
acariciar tu pelo,
contemplar tu sonrisa
en tus ojos de cielo,
y no besarte en la boca,
y no sentir el sabor de tus labios
sería un sacrilegio.......
El amor es un milagro,
y tu boca y ese beso tuyo
es fruta madura
del árbol de la vida.
Del proyecto de poemario El árbol de la vida
Volver a índice
Poesía Contemporánea
|