María Helena Sofía (1968) es narradora y dramaturga argentina.
* Desde 1998 –año en que se dedicó a la literatura- a la fecha publicó dos libros (Primer Fuego, Ed. El Candirú; Perturbaciones, Ed. Univ. de  La Plata), Siete Cuentos (Cuaderno, Ed. propia) y varias antologías con otros escritores de habla hispana.
* En teatro estrenó “Un lugar para mi familia” (Sala Alberdi y Teatro De la Comedia, La Plata, en 2002 y 2008, y en  Ctro. Cult. Tancredi, Mendoza, en 2010), “Eslabones rotos” (Sala G. de Laferrere, Argentores), “Perturbaciones” (Teatro IFT) y fue libretista del musical “Palabras de Amor”, homenaje al cantautor Joan Manuel Serrat (Teatro R. Durán, Castelar, y Centro Cultural E. Sábato, Bs. As.) en 2005 y 2006. Estrenó El último paseo, en el espectáculo No Matarás (Argentores, 2010)
* Escribió para diversas publicaciones literarias, entre ellas la revista americana Norte Sur, la española Narrativas y en portales digitales como Artesanías literarias, La máquina de escribir, Letras Uruguay, La nave fue y volvió (ciencia ficción argentina) y diversos blogs de otros colegas. Fue integrante de la comunidad literaria Ficcioneros.com y colaboró con el Festival Internacional de Cuento Brevísimo “Mil y un insomnios”, México.
* Participó con su ensayo “Los artífices de la Independencia” en la Colección Ensayos sobre el Bicentenario, Instituto Mexiquense de Cultura. Ministerio de Cultura del gobierno de México.
*  Tiene varios libros inéditos. Dos novelas, cuentos para niños y una novela juvenil.
*  Se desempeña en el ámbito editorial, diseño y edición.


EXCRIBIR

Los domingos por la tarde
la calavera me habla desde la penumbra,
a veces susurra oquedades
a veces soy yo quien grita.
Ella crece cuando calla,
sube por las paredes
como una luna demonizada
instigándome a la transformación.
Debo ser ciego y sordo
los domingos
porque es cuando los pájaros
se llevan mis ojos en los picos
cavando los cielos
con el filo agudo de mi mirada.
Ellos la necesitan
y yo prefiero el temblor bajo sus alas.
Y la calavera me habla.
Debo escribir
a tientas por la memoria de otras tardes,
pisar entre las víboras aún ardientes
de historias abandonadas,
creer que volverán las aves
abriendo la niebla fragorosa de mañana
y resucitar al crepúsculo
con una palabra.


INSTANTE SOMBRÍO

La oscuridad siempre espera,
un reloj en el pasillo transitado transeúnte
permanente
la aguja en su noria,
desde las sombras quieto y sin detenerse
es el tiempo vanidad impaciente
esperanzada en la muerte,
aguardando
la mirada necesaria de uno o dos.

Ansiedad escondida en los recodos
temiendo escalones y juicios, llámala,
niña, con tus ojos amarillos
casas del sol
donde ahora picotean
los gorriones despreciados,
invítala a que se detenga bajo tu falda colorida,
barrilete preso en los hondos trigales,
futuros panes comprometidos.

Dile que migajas, la breve medida del sueño,
el hambre de una jaula abierta no compran
una pizca de lucidez
cuando las sombras se elevan como martillos.


TEMPORAL

Partiendo de este mundo
el tiempo decrece
hasta aquietarse.

Desde la tierra
parece avanzar
indefinidamente.

Donde llega a su fin
en la inefable eternidad
creemos.
Es un secreto:
allí el tiempo no existe.

El tiempo es una idea
que Dios no necesita.


MI ALMA

Está aquí
en permanente crepúsculo.

Silenciosa
escuchando al ave último del día.

Sentida
por derribar muros con los ojos.

Sola
desafiante de sus propias creencias.

Celeste
angelical en infantil espera de lo bueno.

Mi alma
está aquí hasta que amanezca.

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